sábado, 30 de mayo de 2009
Button empieza a comerse el Mundial
El británico domina de principio a fin una carrera descafeinada en la que Ferrari consigue su primer podio.- Alonso, séptimo
De nada sirvieron los 80 caballos de potencia extra del KERS, ni partir segundo en parrilla, ni calzar neumáticos súper duros frente a los súper blandos, ni portar menos litros de combustible que su predecesor en la salida. Para derrotar a Brawn GP hace falta algo más, y Ferrari aún sigue buscándolo. Quizá la suerte y el caos de un safety car, quizá un desliz, hasta ahora impensable, de Button o Barrichello, quizá más agresividad. O quizá todo junto. Mónaco fue este domingo el escenario de dos carreras distintas, de un mismo juego a dos niveles: el que marca Brawn y el del resto. Jenson Button pegó otra dentellada al Mundial con una victoria limpia, sosegada, que extiende su dominio hasta los 51 puntos y deja a su compañero, segundo en la tabla, haciendo el trabajo sucio, peleando con cualquiera que ose acercarse al coche del británico, que no son muchos. Alonso, con más suerte que fuelle, acabó séptimo en un GP de Mónaco descafeinado.
Una vez más, la estrategia desde el pit-lane resultó crucial para el devenir de la carrera. En esta ocasión, por los neumáticos. El calor y la sinuosidad del asfalto del Principado hacían inviables los neumáticos súper blandos, pero el 'gurú' británico arriesgó pensando en el futuro, y no en el presente, como le ocurrió a Ferrari. La Scuderia, más pendiente de mejorar los resultados finales, optó por un compuesto de dureza extrema que le permitiera mantener un buen ritmo hasta el momento de entrar a repostar, pese al lastre de tiempo en las primeras vueltas. Barrichello y Button aprovecharon su ventaja, colocaron sus coches al frente de la romería en cuanto el semáforo se puso en verde y desde allí marcaron la pauta hasta el final. Ya habría tiempo luego de colocar gomas duras.
Allí quedó Kimi Raikkonen, tercero, peleando con un desafortunado Vettel que no tuvo su día. El piloto de Red Bull, tímido en la salida, apenas plantó cara a los líderes, y acabó estrellado en la curva de Santa Devota cuando corría la vuelta 17. Antes de eso, Massa también padeció al alemán. El brasileño de Ferrari lidió contra su difusor y el de Nico Rosberg, y aprovechando las limitaciones del trazado de monegasco, protagonizó uno de los duelos más bonitos del día. Vaciando el KERS a su paso por el túnel, donde los monoplazas rozan los 290 kilómetros por hora, Massa acosó a Vettel en un intento vano de hacerse con su posición. No pudo en la vuelta 5. Sí un giro después, pero se pasó en la frenada y se saltó la chicane, y entonces, para no sufrir una penalización de los comisarios, se dejó adelantar. Rosberg, que seguía de cerca a Vettel, aprovechó el río revuelto y se coló también en una demostración de pillería.
Así, sin más incidencias que el abandono de Vettel (vuelta 17), Piquet (10), Buemi (10) y Kubica (30), y con el liderato asentado en los monoplazas de Brawn, la parte media de la parrilla desfilaba como podía: Heikki Kovalainen con su KERS, Webber y Rosberg con sus difusores y Fernando Alonso sin nada de eso, con un ritmo casi inalterable y sin nadie que amenazara la novena plaza con la que partió en la salida. Más tediosa fue la actuación de Lewis Hamilton. El británico, último de la fila por colocar una nueva caja de cambios, se vio doblado una vez más por su compatriota Jenson Button. Humillación para el de McLaren, que ve carrera a carrera como se escapan sus posibilidades de reeditar el título del año pasado.
El paso por la calle de boxes tampoco trajo cambios en la fisonomía de la carrera. Ferrari, tercero y cuarto gracias al accidente de Vettel y la timidez de Mark Webber, que apenas atacó a Felipe Massa, prefirió no tocar nada, quizá por miedo a la mala fortuna que persigue a la firma italiana desde la temporada pasada, y para Brawn, que ya corría con ruedas duras, las cosas fueron aún más fáciles. Button gobernaba con casi 13 segundos de renta sobre su compañero, y aunque este siguió apretando el acelerador, el gran premio ya tenía un ganador a falta de 20 vueltas. Todo era cuestión de tiempo.
Desde entonces y hasta que apareció la bandera a cuadros, la carrera perdió interés. El ganador estaba escrito, el podio definido y las sorpresas ya habían ocurrido. Sin saber si Ferrari ha terminado de arrancar hasta que el Mundial no regrese a los circuitos convencionales, la sombra de Brawn sigue haciéndose grande, y las preguntas resuenan de nuevo en los garajes de McLaren y Renault. Sin un difusor que recorte alguna décima por vuelta, Alonso está perdido, incluso ahora que su R29 no sufre el peso del KERS. Fracasos para ambos (Kovalainen abandonó en la vuelta 52), felicidad para Button. La vida del inglés se pinta de rosa; el Mundial de blanco. De blanco 'BrawnGP'.
FUENTE: EL PAIS.
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